El masaje como ritual de self-love
Incluye un automasaje en tu rutina habitual de self-love. Prueba a tocar cada parte de tu cuerpo, las menos firmes, las que tienen vello, y asegúrate de hacerlo con amor, con ternura, con humor.
El automasaje va más allá del cuidado de la piel. Darnos un masaje con nuestra manteca corporal, hidratante o aceite favoritos unas cuantas veces por semana es un ritual muy potente que ayuda a reducir los niveles de estrés y mejorar los de felicidad y nos empodera para aceptar nuestros cuerpos, únicos y magníficos.
Con el mundo en un fluir continuo, a todos nos vendría bien relajarnos un poco. Piensa en la última vez que te dieron un masaje. Probablemente, notaste que se relajaba la tensión y a lo mejor te dio un subidón de energía.
Muchos pensamos en un masaje como en un lujo, algo que reservas para darte un capricho. Pero, ¿y si pensáramos en el automasaje como parte de nuestra rutina de cuidado personal, un paso que nos acerca más al self-love?
Prueba a elegir tu aceite corporal favorito, o una manteca corporal que todavía no hayas probado. Elige una que sea especialmente nutritiva o que sea relajante o revitalizante. Puedes practicar a aplicarla en movimientos longitudinales por brazos y piernas, o incluso hacer movimientos circulares en los lóbulos de las orejas. ¿Sabías que masajear los lóbulos, tirando y frotándolos con delicadeza, estimula la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad?
También puedes probar con los puntos donde notes dolor. Por ejemplo, si notas tensión en el cuello, baja los hombros y estira la espalda y luego pasa los dedos haciendo círculos por las zonas tensas. Repite en sentido contrario durante unos minutos. También puedes liberar el estrés o notar un chute de energía masajeándote los pies.
Incluye un automasaje en tu rutina habitual de self-love. Prueba a tocar cada parte de tu cuerpo, las menos firmes, las que tienen vello, y asegúrate de hacerlo con amor, con ternura, con humor.