¿Qué sientes al oír la palabra “brillo”? Si piensas en una frondosa melena o en un suculento brillo labial, ¡perfecto! Pero, ¿qué hay del rostro? Ese brillo está mejor en otras partes del cuerpo. Aunque muchos factores contribuyen a la piel grasa, puede ser complicado lidiar con su entusiasta producción de sebo. Pero no temas: hemos estudiado a fondo la piel grasa para formular el mejor cuidado facial posible.
Como en el resto de tipos de piel, una rutina de cuidado facial para pieles grasas debe incluir no más de dos limpiezas al día. El exceso de limpieza es perjudicial porque sí, las cosas buenas también pueden llegar a ser malas.
Del mismo modo, los tónicos con base de alcohol pueden resecar tu piel y dejarla tirante, y no queremos eso. Aunque parezca ilógico, no debes eliminar toda la humedad de la piel del rostro. Si acabas con los aceites naturales de tu piel, será más difícil encontrar el equilibrio. Por otra parte, la piel grasa contrarresta la falta de hidratación aumentando la producción de sebo. Tu piel producirá aún más grasa para contrarrestar la falta de hidratación, y tus esfuerzos habrán sido en balde.
Asegúrate de incluir una hidratante adecuada para pieles grasas como parte de tu rutina facial diaria. Si te saltas este paso del cuidado facial, es posible que tu piel se reseque, lo que, a su vez, aumentará la producción de sebo. Parece una broma cruel, pero es así: la deshidratación también puede empeorar el estado de la piel grasa. Asegúrate de hidratar tu piel en su justa medida con nuestros productos de cuidado facial para pieles grasas. Nuestras hidratantes ligeras con textura de gel te ayudarán a recuperar su equilibrio.
Además, como bien dice Baz Luhrmann, todos deberíamos usar protector solar a diario, independientemente de si hace sol o no. Los rayos UVA estimulan la producción de sebo, así que el protector solar deberá ser un básico en tu rutina para controlar esos brillos (además de proteger tu piel del daño provocado por el sol).
Se cree, erróneamente, que los alimentos grasos empeoran el estado de la piel grasa. Esto no es así pero, por descontado, siempre es más sano y mejor para tu bienestar llevar una dieta equilibrada, consumiendo suficientes verduras y frutas y con las porciones adecuadas de proteínas e hidratos. Ya que hablamos de bienestar: una vida sin estrés también te ayudará. Las 8 horas de sueño son imprescindibles. Combínalas con un poco de yoga suave o con tu ritual relajante nocturno favorito para ayudar a regular tus niveles de andrógenos y evitar que tus glándulas produzcan más sebo del necesario.
No te pases con el maquillaje, sobre todo con los productos con base de aceite, y desmaquíllate en cuanto llegues a casa en lugar de esperar a la noche. Busca productos de cuidado facial y maquillaje sin aceites y no comedogénicos para evitar la obstrucción de los poros. Cuando encuentres una rutina que funcione para ti, no la dejes. Tu rostro te lo agradecerá. Básicamente, el cuidado adecuado es como una dieta equilibrada.
Por último, no olvides que lo más importante es celebrar la belleza natural: tu piel grasa también tiene ventajas. Después de todo, la alta producción de aceites también es algo bueno. El sebo contiene vitamina E, un preciado ingrediente para la piel, y puede reforzar su barrera de protección natural. La piel grasa también sufre menos los efectos de la edad: ya que tu piel está más hidratada de manera natural, es menos probable que te salgan arrugas profundas. Con el paso de los años, la elasticidad se reduce y la producción de sebo disminuye, así que quizá tu piel se vuelva menos grasa con la edad. Tú sabrás mejor que nadie si, en algún momento, debes dejar de usar productos de cuidado facial para piel grasa.